Últimamente, vienen posibles clientes que no están seguros de usar la carpintería de aluminio, PVC o madera. Sobre todo la duda es más entre aluminio o pvc.
Evidentemente, cada uno «tiramos para nuestra casa» y defendemos lo nuestro.
Empezaremos por decir que la ventana de exterior, es el elemento más débil de la fachada, por lo que tendremos que tener mucho cuidado a la hora de elegir la más adecuada. Una mala ventana instalada en nuestra fachada puede echar a perder por completo el aislamiento térmico y acústico total de la fachada, así como la estética.
Las ventanas de madera son una de las opciones de perfilería más costosas pero éstas, al estar compuestas de un material no conductor, se convierten en un buen aislante térmico y acústico. Eso sí, la madera requiere un mantenimiento más frecuente que el del resto, como el de pintar con barnices protectores y otros tratamientos periódicos un mínimo de una vez al año. Y no nos engañemos, eso de tener que lijar y volver a barnizar todos los años la carpintería de la vivienda, no es para nada agradable, yo diría que es un verdadero tostón, aparte de muy caro. Por estos motivos, ya la eliminaría como opción, no obstante, en el cuadro comparativo final, incluiré este tipo de carpintería.
En el aspecto precio, según unas fuentes, la carpintería de Aluminio es la más económica, y según otras, lo es la de PVC. El truco está en las prestaciones. Por supuesto, el precio de las ventanas, tanto de PVC como de aluminio, depende de su nivel de prestaciones, y a igualdad de prestaciones, precio similar. La carpintería de madera, suele ser más cara,
El tema de aislamiento térmico y acústico, los datos del PVC son muy parecidos al de carpintería de Aluminio con rotura de puente térmico (RPT), que es el material que usamos.
El aluminio es un material más resistente y con mayor durabilidad que el PVC. Las ventanas de aluminio son las que más posibilidades decorativas y de personalización tienen ya que se producen en una gama casi ilimitada de colores, maderas y acabados metálicos, bien a través del lacado o bien del foliado.
Además, el aluminio es un material muy versátil en cualquier obra, existiendo infinidad de perfiles y sistemas complementarios que lo hacen capaz de adaptarse a todo tipo de tamaños y formas rectas y curvas, y resolver los más complejos retos de diseño.
Resumiendo, si a igualdad de prestaciones, igualdad de precio, ¿cómo decidirnos?.
En el siguiente enlace, hay un estudio realizado, un poco largo y exhaustivo, por lo cual solo pondré las conclusiones finales. Si alguien está interesado en leer todo el informe, el sitio en concreto para poder leerlo es:
La pregunta que se hacen, es sencilla:
¿De qué material deberían ser hechas las ventanas?
Y las respuestas:
De un material sostenible.
“Se llama desarrollo sostenible a aquel que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones”.
Un material sostenible es aquel que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos.

De un material realmente reciclable.
Reciclar es “Someter un material usado a un proceso para que se pueda volver a utilizar”, y lo realmente eficaz es que dicho material se pueda reciclar infinitas veces y también que el material resultante del reciclado sea de la misma calidad que el original, o por lo menos que se le pueda dar el mismo uso.

De un material que fomente la economía circular
Según expone en su web el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), la economía circular es aquella en la que se maximizan los recursos disponibles, tanto materiales como energéticos, para que éstos permanezcan el mayor tiempo posible en el ciclo productivo. La economía circular aspira a reducir todo lo posible la generación de residuos y a aprovechar al máximo aquellos cuya generación no se haya podido evitar.
El modelo económico actual es un modelo lineal, basado en “tomar-fabricar-consumir-eliminar”. Este modelo es agresivo con el medio y agotará las fuentes de suministro, tanto materiales como energéticas.
Por todas estas reflexiones el MAPAMA encuentra necesario iniciar una senda de transición para pasar de la economía lineal a la economía circular.

De un material duradero
“Una ventana para un futuro mejor debe estar elaborada de un material duradero, que necesite poco o escaso mantenimiento. La durabilidad de una ventana es muy importante a la hora de considerarla también como ventana sostenible”.

Energéticamente eficientes
“Otro aspecto realmente relevante es que la ventana del futuro sea energéticamente eficiente, que ayude a consumir menos energía para climatizar las estancias”.

Y las conclusiones a la que llega el estudio son:
De los factores analizados, es evidente que la ventana del futuro y del presente debe estar elaborada con materiales sostenibles, realmente reciclables y que fomenten la economía circular. Estas características son básicas, ya que de ellas depende participar en la construcción de un mundo mejor.
Junto con los principales factores a tener en cuenta, también debemos valorar otros como la durabilidad y la eficiencia energética.
Tras esta comparativa, vemos que el ALUMINIO es el material más adecuado para confeccionar las ventanas del futuro, seguido por la madera.
El plástico PVC es un material NO sostenible, que NO fomenta la economía circular y cuyo reciclaje tiene excesivas limitaciones, las cuales llevan a pensar que se realiza más por la imagen pública que por efectividad y viabilidad práctica.
Está claro que no debemos dudar a la hora de elegir el material del marco para una ventana o cerramiento, ya que solo 2 opciones son posibles, y de ellas el aluminio es la mejor alternativa.