Los años no perdonan a nadie ni a nada. Con el devenir de estos, y con el uso, los edificios envejecen y la fatiga de los materiales se hace notar. En el caso de las ventanas sucede lo mismo, y en especial, cuando estas han sido fabricadas con materiales de poca calidad, algo que ha sido habitual en nuestro país en las últimas décadas.
Es muy normal, encontrarnos con sistemas de apertura o cierre de ventanas que no cierra correctamente, o que fallan las juntas de estanquidad, o herrajes que han ido variando la posición de las hojas por el desgaste que han tenido y ya no cierran bien. Todos estos problemas hacen que tanto el aislamiento térmico, como el acústico, no sean los correctos y deseados.
La importancia de la estética, tanto interior como exteriormente, de un hogar, es indudable. Pero la importancia de instalar un buen sistema de ventanas en una vivienda no es tan sólo estética, sino de bienestar y económica. Con unas ventanas de alta calidad conseguimos ahorro de energía y aislamiento térmico-acústico.
Cada vivienda y cada cliente son únicos y precisan unas ventanas adaptadas a sus necesidades específicas.